El pilates como método de rehabilitación
El pilates es uno de los ejercicios más recomendados y utilizados para llevar a cabo ciertas rehabilitaciones y tratamientos. Como sabemos, el propio Joseph Hubertus Pilates trató a enfermos durante la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, no solo es efectivo como método de rehabilitación sino también para prevenir lesiones que podrían resultar de la práctica de otros deportes.
En la actualidad, queda de sobra reconocido el potencial que tiene el pilates como herramienta de rehabilitación. La principal razón es se trabaja la biomecánica y el cuerpo como conjunto, trabajando la fuerza, la resistencia y la consciencia sobre el mismo.
El pilates y sus principios determinan niveles óptimos de oxigenación del cuerpo y los músculos y permite alcanzar un alto grado de relajación mental. Los movimientos son precisos y armónicos. Así, se devuelve al cuerpo y a sus articulaciones una posición y alineación normal. Por otro lado, el pilates como rehabilitación suele enfocarse en la estabilización y fortalecimiento del core (principio de centralismo) para posteriormente, extenderse al resto del cuerpo.
A pesar de que se puede practicar en casa de formar autónoma, a la hora de utilizar el pilates como método de rehabilitación, lo más adecuado es recurrir a un instructor bien formado que nos dirija en nuestros movimientos y ejercicios. Los ejercicios de pilates para rehabilitación han de adaptarse según las necesidades del paciente. Normalmente, en cuanto a la carga de fuerza, frecuencia o aparatos a utilizar que agilicen la recuperación, pero siempre de manera segura.
El pilates y la fisioterapia
El pilates como método de rehabilitación tiene una estrecha conexión con la fisioterapia y se convierte en su gran aliado ya que esta disciplina utiliza algunos de los ejercicios del método e incluso, su equipamiento, en el desarrollo de sus propias sesiones. Además, es muy eficaz también para la continuidad de la rehabilitación del paciente.
Es importante que el fisioterapeuta o instructor sea el que siga la evolución del paciente, ya que no todos responden igual a los ejercicios. De inicio, normalmente se trabajan las regiones próximas a la lesión, siguiendo después con la restauración, poco a poco, de la movilidad de la zona afectada. Esto en términos muy genéricos, pues cada lesión necesitará de unos cuidados específicos.
Por otro lado, practicar pilates habitualmente nos proveerá de una buena musculatura y posturas correctas que evitarán muchas lesiones, generalmente difíciles y lentas de rehabilitar. El pilates proporciona una importante base de trabajo sobre nuestro cuerpo de manera propioceptiva y consciente, manejando importantes principios como la respiración, el control o la fluidez que minimizan los riesgos de lesiones, dolencias y enfermedades.
Rehabilitación con máquinas de pilates
Como ya comentamos, en muchas ocasiones, se recurre al uso de aparatos a la hora de rehabilitar a través del pilates. En la mayor parte de las ocasiones, nos ayudarán a realizar los ejercicios de manera más precisa y cómoda a la vez que se enfoca la sesión en el problema y su recuperación.
La máquina más conocida es el Reformer, cuyas barras se usan como guías. El pilates reformer es uno de los más completos ya que trabaja la integración total del cuerpo mientras se adapta perfectamente a las necesidades del paciente.
No obstante, existen varios tipos de máquinas para pilates como el Cadillac, el Barril o la Silla. El instructor será el que indique qué tipo de ejercicios o máquinas serán las más adecuadas para cada paciente.